28 octubre 2017

El Cuetón desde Poncebos

El Cuetón es la cima más nororiental del macizo del Cornión. Colgado literalmente sobre la Garganta del Cares y situado frente al macizo de los Urrieles, se convierte en un mirador privilegiado de gran parte de los Picos de Europa. Pero además domina todo el valle del Casaño y gran parte de las sierras costeras, alcanzando la vista hasta la rasa costera de San Vicente de la Barquera o Comillas, ya en la vecina Cantabria. Por eso cuando hace cinco años lo ascendí desde Inguanzu con un día en el que la niebla fue la protagonista, quedó apuntado para una nueva visita. En esta ocasión le propuse a Xoserra ascenderlo desde Poncebos por la Canal de Bobia, para regresar por el trazado del Maratón Pastoras de Portudera. Con lo que no contábamos era con que ese tramo entre Dubrieyu y Obar, ya en la carretera de Poncebos, fuera tan salvaje y se hallara en tal estado de abandono, convirtiendo el descenso en un suplicio no exento de complicaciones e incertidumbres.

DATOS DE LA RUTA
  • Fecha: 07/10/2017
  • Zona: Macizo del Cornión. Picos de Europa
  • Concejo: Cabrales (Asturias)
  • Inicio/Fin: La Trapa (Poncebos)
  • Distancia: 15,5 Km
  • Desnivel máximo: 1.470 m
  • Desnivel acumulado positivo: 1.650 m
  • Tiempos: 9 horas
  • Dificultad: Alta. El tramo entre Dubrieyu y Obar lo programamos siguiendo el trazado de la Maratón Pastoras de Portudera. No obstante discurre por dos valles absolutamente salvajes, con mucha maleza, ausencia casi total de sendas y cerrados bosques que complican mucho el descenso y solo lo recomendaría a gente con amplia experiencia en montaña y que estén dispuestos a sufrir
  • Track: cueton-desde-poncebos


Dejamos el coche en La Trapa (Poncebos), un poco por encima de Puente Torbanes y junto frente al panel que nos marca el acceso a Camarmeña por el viejo camino.


Arrancamos temprano. De hecho aún no se habían apagado las farolas de La Trapa. El cielo límpido, presagiaba un buen día de montaña en el que esperábamos disfrutar de unas excepcionales vistas a medida que ganáramos altura.


La senda se aproxima al edificio de la central hidroeléctrica de Poncebos.


Luego empieza a ganar metros con fuerte pendiente, cuando aún no había dado tiempo ni a calentar las piernas, pasando por entre las cabañas de Los Ḥerreros.


Por arriba más restos de antiguas cabañas. Se cruza la carretera de Camarmeña un par de veces y se pasa junto a las tuberías forzadas de la central hidroeléctrica.


Alcanzada una horcada, nuestra senda se une con el viejo camino que sube desde Puente Poncebos, otro posible acceso que permite cerrar una corta, pero guapa circular. Un poco más arriba ya tendremos la primera vista sobre el Urriellu, gran protagonista del día, pues se llevaría no pocas fotos.


Entramos en Camarmeña, muy tranquilo a aquellas horas. El pueblo está sumamente arreglado y cuenta con al menos un par de bares.


Pasamos junto a su depósito de aguas, situado encima del Mirador del Picu, hasta el que no nos acercamos y seguimos ascendiendo por la senda que busca la Canal de Bobia o Gobia, a cuya entrada nos alcanza el sol.


A nuestras espaldas vamos a ir dejando las vistas sobre la Canal del Texu, el acceso a Bulnes, con el Urriellu presidiendo, y el valle del Duje que a la izquierda sube hacia Tielve y Sotres, con la pica del Vierru asomando.


En la zona de La Cueva la senda se aproxima a un enorme paré, a lo largo del que continúa ascendiendo.


Dejaremos una solitaria cabaña a la izquierda de la senda.


Por encima de ella el fondo de la canal es hoy un tupido bosque de avellanos. La senda sube a la derecha de ellos (sentido ascendente).


Ya vemos aparecer la cabaña del Esmenadoriu.


En el Esmenadoriu se conservan un par de cabañas, bastante alejadas una de otra. Hicimos un alto en la que queda junto a la senda a recobrar el resuello. Y es que la Canal de Bobia, como todas en el Cares, es pindia de narices.


La canal parece cerrarse en la zona alta con dos posibles salidas por otras tantas viras herbosas. La senda asciende por la derecha, pegándose a las paredes calizas.


El embudo en el que se transforma el final de la canal. La senda se retuerce en varias revueltas para salir de él.


Por fin abandonamos la Canal de la Bobia dando vista a una amplia y sensiblemente más llana zona de pastos de la Vega de Bobia. Sobre ella ya vemos las cabañas de Ondón hacia donde deberemos dirigirnos y sobre ellas, asoma por fin El Cuetón.


Llegamos a la majada de Ondón, un precioso balcón sobre las profundidades del Cares y sobre buena parte de los macizos del Cornión y los Urrieles.




De anteriores visitas a Ondón yo ya había recorrido el sendero que la comunica con Beceña y el que asciende por la Canal Larga hacia Sanllago. Hoy quería conocer otro acceso, el sendero que sube hacia La Raxuca. Para ello tomamos por detrás de las primeras cabañas de Ondón, subiendo hacia el este y cambiando totalmente el sentido de la marcha.


Atrás se queda Ondón y sus buenas y arregladas cabañas.


En el ascenso hacia La Raxuca me sorprende encontrar un buen sendero, incluso armado en algunos tramos. Imaginaba una trocha apenas perceptible.


Pasamos sobre la Vega de la Bobia.


La senda asciende sin posibilidad de pérdida, con dirección este bien mantenida.


Alcanzamos el filo de la cresta que cae desde la cumbre de El Cuetón y la cruzamos por una pequeña horcada.

Al acceder a la zona alta de la sierra invertimos de nuevo el sentido de la marcha, dirigiéndonos otra vez hacia el oeste, cruzando los jous de Vega Sañedo, donde pastan un rebaño de cabras.


El extremo más oriental del El Cuetón, con sus jous. Al frente la Sierra de Peña Maín, entre los valles del Duje (izda) y Bulnes (dcha).


Vamos ascendiendo siempre sobre traza de senda, poco marcada, pero senda al fin y al cabo y ganando metros con fuerza. Ya en la zona alta damos vista a la cara norte del macizo, hacia la Sierra del Cuera y Arenas de Cabrales.


En el último tramo, previo a cumbre, la cresta se afila, dejando un profundo jou a nuestra derecha.


Alcanzamos por fin la cima de El Cuetón que por los alrededores llaman Altu la Peña. Allí sigue su enorme piolet. Hasta aquí había subido en 2012 junto a nuestro compañero Santos, tristemente desaparecido, y del que me acordaría mucho todo el día. En aquella ocasión habíamos salida de Inguanzu, ascendiendo por la Foz del Home Muertu, como os conté AQUI.


Al contrario de lo que ocurrió en mi anterior visita, hoy gozamos de un día espectacular que nos regala las mejores vistas que ofrece esta cumbre. Las primeras hacia la Sierra del Cuera que se ve en toda su extensión.


Una de las mejores vistas que se pueden tener sobre Arenas de Cabrales.


El Turbina.


Tambien buenas vistas sobre la Sierra del Sueve.


La rasa costera de Llanes entre Nueva y Hontoria. De hecho, si no me equivoco, lo que se ve en el centro yo creo que son los acantilados de la playa de San Antonio.


Pero es que hacia Cantabria veíamos perfectamente las playas del entorno de San Vicente de la Barquera y aún más allá se veía la rasa costera de Comillas.


Hacia el este la Sierra de Portudera, hendida a la mitad por la profunda Canal de Llamedo, que se precipita hacia el Cares. Por detrás de ella se eleva la Sierra de Cocón, destacándose el Cuetu Cerralosa.


Pero sobre todo los ojos se nos van al sur, hacia los Picos de Europa, hacia los Urrieles, ....


... y el Cornión que se elevan sobre la Garganta del Cares.


Tirando de zoom vemos más cerca el Urriellu.


Torrecerredo y Cabrones.


Peña Santa


Y justo bajo la cumbre, la majada de Ondón, por donde acabamos de pasar hace un rato.


Nos tomamos con calma nuestra estancia en cumbre. El día era inmejorable. Hacía calor y no tiraba nada de aire. Al rato apareció un montañero que había subido tras nosotros toda la Canal de Bobia, aunque él luego había seguido por la Canal Larga. Todavía nos quedamos un poco más con él de charleta. Después, foto de cumbre y a seguir ruta.


Una panorámica de las vistas sobre Picos, desde Ándara al Cabezo Llerosos.


Desde cumbre recorremos la zona alta de la sierra hacia el oeste, pasando por la cumbre secundaria del Cuetón, solo unos metros más baja y desde la que vemos atrás la cima principal.


Seguimos por arriba, como si nos dirigiéramos a Sanllago, con el Cabezo Llerosos al frente, pero antes de llegar a Sanllago nos iremos a la derecha, cruzando la Vega los Carros.


Salimos de la vega y empezamos a bajar por Vega les Salgueres, en la cara norte de la sierra, dirigiéndonos hacia la collada que se aprecia en el centro de la foto, a la izquierda del Pico Sanllago.


Justo debajo se abre la majada de Ostandi, amplia, con buena fuente y una pequeña laguna. Un sitio precioso en el que pararíamos a comer, que ya iba siendo hora.


El Cabezo Llerosos se eleva sobre la majada.


Tras comer seguimos ruta. La senda sale de Ostandi dando una amplia vuelta por la izquierda, pero nosotros cruzamos entre los restos de cabañas que quedan al norte, para bajar directos, saliendo a la senda más abajo.


Tomamos contacto con la buena senda que baja hacia Dubrieyu, que queda en la pequeña collada verde que se aprecia en el centro de la fotografía.


La senda pierde metros pasando antes por la pequeña vega de La Curiscada, en la que quedan restos de una cabaña y de la que se sale superando una arcaica portilla hecha con troncos.


Alcanzamos Dubrieyu o Duriellu que por desgracia, ya tiene todas sus cabañas en ruinas. Una pena. Algunas de ellas estaban protegidas en el fondo de un jou.


Desde Dubrieyu la senda continúa protegida por un muro y una alambrada. Esta se dirige al norte, cruzando la verde ladera del Monte Las Coronas, que se ve a la izquierda. Alcanza así la caliza Sierra de Dobros, al fondo, que atraviesa por el Portillo Busnuevu para descender ya hacia Inguanzu. Nosotros sin embargo, aquí vamos a hacer una variante que consistirá en bajar a la derecha, por la vaguada que arranca del colláu Carraceda que hay justo antes del Monte Las Coronas.


Se trata de una vaguada con una pendiente muy acusada que se precipita hacia el Cares por el Valle Cureña. Por aquí baja la Maratón Pastoras de Portudera y aunque la carrera se celebra en abril, esperábamos que la senda se mantuviera en un estado aceptable. De hecho en la zona alta, la maleza formada principalmente por árguma baja, sí que se veía rozada y se apreciaba la zona de paso, así que empezamos a perder metros por ella.


Del primer envite se pierden unos 330 m de golpe y con una pendiente fortísima por un terreno mayormente de hierba en donde es facil pegar algún resbalón. Sin embargo no es esta la canal de descenso al Cares, sino que deberemos cruzar hacia la derecha para alcanzar el colláu Vallisondi, que se aprecia en la foto, y que nos deja en la cabecera del Valle Piemba por el que se hace el resto del descenso. De manera que al llegar a la cota 815 m, más o menos, habrá que ir atentos para dejar el fondo de la vaguada y salirse a la derecha, para pasar bajo las agujas calizas que se aprecian a esa mano. Para nuestra desgracia, a mitad de descenso nos dimos cuenta de que nos habíamos metido de lleno en mitad de una cacería, con los puestos ya colocados a ambos lados del valle y los perros moviendo los jabalíes. Avisamos a uno de los cazadores para que notificara por radio que íbamos a cruzar el valle, pero aún así no bajaríamos del todo tranquilos. 


Abandonamos el fondo de la vaguada entrando a la derecha en una zona de avellanos donde la senda se desdibuja de tal manera que cuesta trabajo seguirla. Una vista atrás hacia la zona por la que hemos bajado.


Cruzando la zona de avellanos. A continuación atravesaremos un pedrero y luego volveremos a meternos en una zona muy tomada de vegetación donde la senda, en nuestro caso, resultaba apenas perceptible, aunque se trata de ir cruzando toda aquella ladera mientras se pierde altura, pero sin buscar el fondo del valle, sino manteniéndose cerca de la base de las paredes calizas.


Salimos al pedrero justo cuando sentimos a los perros mover los jabalíes por encima nuestro y empiezan a sonar disparos. Luego nos enteraríamos que habían abatido un ejemplar cerca de donde estábamos. Desde aquí vemos el siguiente tramo a recorrer, que está poblado por un denso bosque. En él, deberemos ganar metros para cruzar un pequeño colladín. Es uno de los tramos peores. Allí la senda se pierde por completo y solo gracias al GPS y el track de la carrera que llevábamos cargado conseguimos seguir su rastro. Por detrás vemos el colláu Vallisondi a donde tendremos que acabar por llegar.


Una nueva vista atrás.


Desde el colladín toca perder metros por medio del bosque en un tramo terroso y con muchísima pendiente. El bosque es tan tupido que la falta de luz hizo que la mayor parte de las pocas fotos que tiré salieran movidas.


Cruzamos una amplia vaguada, que apenas si se aprecia entre la maleza, y tras meternos de nuevo en el bosque toca ganar otra vez metros, ya sin senda en absoluto. La maleza se ha comido completamente el sendero. Subimos por el bosque, por la linde que da a la vaguada, donde el terreno se mostraba un poco más amigable y donde la vaguada que llevábamos a nuestra derecha, nos iba sirviendo como orientación para dar con el colláu Vallisondi, que necesariamente debía estar sobre nosotros. Por fin alcanzamos el collado que está literalmente tomado por un inmenso felechal (helechal). Es una planicie muy extensa y está tan tomada de maleza que por un momento incluso llegamos a desorientarnos y nos costó dar con la vaguada de descenso hacia el Cares. Cuando la localizamos empezamos a bajar por el centro de la misma, con la canal de Llamedo al frente.


A medida que avanzamos por el felechal empezamos a vislumbrar un rastro de senda. Una vez dejemos atrás la zona más alta del valle Piemba, la senda se mostrará bastante evidente, aun cuando el terreno no mejore especialmente. Muchísima pendiente y muy cerrado por la maleza.


Lo único que agradecemos en este descenso son las vistas sobre las agujas de Portudera y la Canal de Llamedo. A mitad de descenso nos encontramos con uno de los cazadores. Nos informó que habían dado por finalizada la cacería y que, tal y como habíamos pedido, les habían avisado de que bajábamos por el valle.


Seguimos bajando por el centro del valle. Pasaremos junto a los restos de una cabaña, adosada a una enorme roca en mitad del valle. La maleza no cede ni por un instante.


Cerca de un enorme pedrero dejamos el fondo de la vaguada, para salirnos a la derecha y seguir bajando por él, algo que agradeceremos. Además ya se veían las cabañas de Obar, junto a la carretera de Poncebos. Parece que por fin esto se acaba.


Una vista atrás.


Ya con la tranquilidad de haber dejado atrás lo peor del descenso y la cacería, por fin disfrutábamos algo del entorno, como las negras agujas que se elevan en la margen izquierda del valle Piemba.


En la zona final la senda cruza a la margen izquierda y baja unos metros junto a la orilla del río Cares hasta alcanzar un puente que sin duda vió tiempos mejores, pues prácticamente le falta todo el estribo izquierdo.


Salimos a la carretera de Poncebos junto al aparcamiento de Obar. Desde allí le tiramos una foto al valle de Piemba por el que hemos bajado, un descenso que seguramente tardaremos en olvidar y que posiblemente no repetiremos.


Nos quedaban por recorrer por carretera aproximadamente un par de kilómetros hasta La Trapa, donde teníamos el coche. Tras el cambio de ropa nos tomaríamos la cerveza de rigor allí mismo antes de regresar a casa. Os dejo el track.


Un saludo
Cienfuegos

10 comentarios:

  1. No es una ruta, es un rutón. Nosotros nos quedamos muy cerca de la cima, la niebla, la lluvia y la tormenta nos hicieron bajar cagando leches, total, para no ver nada. Porque vosotros si que disfrutasteis de las impresionantes vistas.
    Un saludo.

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    1. No es buen sitio para que te agarre una tormente, ni para pasearse con niebla. Pues ya ves las vistas que os dejasteis arriba. Vas a tener que volver, ...
      Un saludo

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  2. Gracias por compartir Javi. Me encanta leerte. Además lo vivo gracias al haber tenido el honor de acompañarte,no todas las veces que hubiera deseado. Felicidades.

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    1. Gracias Nuberu, bien sabes que me encanta compartir jornada contigo. Pero es que tienes muchas "novias" y no se puede estar a todo, ja, ja. A ver cuando vovlemos a salir.
      Un abrazo

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  3. Como dice el compañero, no es una ruta, sino un rutón. Me ha encantado . Aunque a veces parece que seáis vosotros, los que buscan los jabalies.
    Saludos

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    1. Reconozco que me gusta darle siempre una vuelta de tuerca a las rutas y buscar algo diferente. En este caso podría decir que bebí en exceso de mi misma medicina. Esa opción de bajada solo es apta para quien disfrute de ese tipo de terreno, ja, ja.
      Un saludo

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  4. El Cuetón es uno de los objetivos que teníamos para este año, pero lo que hemos ido dejando, a ver si este mes de noviembre tenemos tiempo de intentarlo, aunque al ser el día ya tan corto, saldríamos de Camarmeña y regresaríamos por la misma ruta de subida, ya veremos.

    Saludos!!!

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    1. Tienes otra opción corta para no subir y bajar por la canal de Bobia, que es bajar por Pregüeles. De hecho era nuestra idea hasta que vi la posibilidad de bajar por Dubrieyu. Desde Onón bajas directo a Pregüeles y de ahí a Los Collaos ya en la senda del Cares. Un descenso a cañón, incluso más rápido que por Bobia y Camarmeña.
      Saludos

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  5. ¡Esa colección de majadas, toda una maravilla!, gracias a tus rutas tengo controlados un montón de asentamientos pastoriles que aun no tuve la oportunidad de conocer. Un fuerte abrazo ¡muchachote montañeru!.

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    1. En conreto y quitando Ostón, de sobra conocida y que resulta espectacular por la conservación de sus cabañas y por su ubicación, de esta zona a mi me gusta mucho Ostandi, con esa laguna y bien protegida en el fondo de un jou, y con el Cabezo Llerosos alzándose sobre ella.
      Un abrazo

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